Dr. Alfredo Urquiza Vásquez

Consultor en Salud Pública

 

En su mensaje a la Nación por Fiestas Patrias, el presidente Vizcarra pronunció un discurso con muchos puntos de índole política que generarán polémica y marcarán el inicio de reformas en diferentes estructuras del Estado.

Mientras esto queda en manos de los políticos, el discurso contuvo también algunos puntos que merecen una reflexión sobre como las tecnologías digitales están cambiando el perfil de servicios ofrecidos a los ciudadanos en un área tan sensible como Salud (telemedicina, historia clínica electrónica).

En ese sentido, vale la pena recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma en el texto de su Constitución que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano.” [1]

La búsqueda de una buena salud, es decir, ese equilibrio satisfactorio entre una buena condición física, paz mental y tranquilidad emocional es pues, no sólo una aspiración propia de cada persona, sino una condición garantizada por los gobiernos a nivel mundial y que implica y compromete el uso de todos los medios disponibles por los estados para su obtención

El avance de la ciencia y la tecnología en los últimos 200 años ha duplicado la expectativa de vida del ser humano, haciendo cotidiano y asequible el uso de vacunas, antibióticos, anestésicos, prótesis, trasplantes, terapias genéticas e incluso tratamientos médicos y quirúrgicos que pueden realizarse en el feto sin interrumpir el embarazo.

Más allá de este avance en los medios disponibles para la curación, la tecnología actual nos da la posibilidad de detectar una enfermedad grave antes de su aparición, impulsando la aparición de nuevos modelos de atención de salud con enfoque preventivo.

Estos modelos son evidentemente, más convenientes para los pacientes (menos aparición de enfermedades) pero también para las entidades financiadoras de la salud, tanto públicas como privadas (menos costos por curación o complicaciones).

Todos estos avances tienen una característica: si bien el desarrollo de una tecnología implica el ensayo y error en muchos casos y pacientes, su aplicación en la práctica diaria es primariamente enfocada en el caso a tratar sin que los otros pacientes/casos influyan o sean influidos por el resultado particular.

El avance de la digitalización de la información, el intercambio fluido de la misma entre plataformas y servicios y la aplicación del análisis de datos viene cambiando rápida y radicalmente este enfoque:

  1. La historia clínica electrónica permite que el mismo paciente sea atendido en diferentes establecimientos, por diferentes especialistas y bajo el mismo estándar de recopilación y almacenamiento de la información, permitiendo que el profesional médico tenga acceso a antecedentes y procedimientos del pasado, para un diagnóstico más acertado y una mejor toma de decisiones.
  2. La identidad digital agrega una capa de encriptación a la información, elemento vital en la protección de los datos de los pacientes.

    En un modelo de historia electrónica de alcance nacional, la visualización y actualización de la historia requiere de la autorización tanto del paciente como del registro de acceso (usuario y contraseña) del profesional que atiende.

    El sistema así conformado, otorga niveles de acceso y registro de transacciones, lo que permite una auditoría de la salud que transparenta la financiación de esta.El sistema así conformado, otorga niveles de acceso y registro de transacciones, lo que permite una auditoría de la salud que transparenta la financiación de esta.

  3. La tecnología cloud, asociada a las historias electrónicas, disminuye los costos de implementación, mantenimiento y actualización de los data centers para los centros de salud.

    El rol del Estado se hace más regulador que implementado propiamente y su responsabilidad es la de garantizar el acceso a la información online, con políticas de universalización del acceso a Internet y cobertura de datos móviles.

    La interconexión con otras redes de servicios públicas y privadas, permitiría ofrecer a los pacientes la compra online y envío a domicilio de las recetas validadas digitalmente, migración de sistemas de aseguramiento, validación de exámenes auxiliares realizados fuera de los establecimientos de salud, evaluación crediticia para procedimientos de alto costo no cubiertos por los seguros, entre otros servicios aún por aparecer.

  4. La generación de esta nueva cultura digital, al alcance del profesional de salud, representa además un semillero para la investigación y la aparición de emprendimientos de mejora de la salud.

    En la actualidad, existen ya miles de aplicaciones para smartphones que permiten a los pacientes el monitoreo de su enfermedad, la programación de sus citas, el seguimiento online de sus resultados e incluso la posibilidad de participar de grupos de apoyo e información sobre sus enfermedades.

    Estos nuevos modelos también permiten evaluar la calidad de la atención de salud en tiempo real.

  5. La implementación de dispositivos de captura de huella digital o reconocimiento por iris puede ser de gran ayuda en emergencias o accidentes, donde contar con la identificación del paciente y el acceso a sus datos médicos críticos (grupo sanguíneo, alergias, familiar de contacto) puede salvarles la vida.
  6. La aparición de nuevos dispositivos médicos que pueden evaluar al paciente sin la presencia física del médico (telemedicina) acorta la brecha de atención especializada en regiones remotas.

Finalmente, la aplicación de tecnologías de análisis de datos como Deep learning y Big data, sumadas al desarrollo de transacciones descentralizadas (blockchain) permitiría la implementación por parte del estado de un “Cuadro de control de la salud nacional” en donde la combinación de los datos obtenidos en cada visita, con la información demográfica y de antecedentes de los pacientes permitirá identificar eficientemente los puntos donde se puede reforzar la atención médica, insistir en campañas de salud y presentar en forma más agresiva una campaña de educación preventiva.

El Estado, empoderado con la información en tiempo real y el análisis complementario de la misma, podría realizar un planeamiento estratégico para la adquisición de medicinas e insumos, la implementación de la infraestructura en salud (conocer que regiones requieren más un servicio específico que otras) y las campañas de salud dirigidas al paciente.

Todo esto a su vez, permite en el largo plazo la estandarización de los modelos de atención sin importar la red de salud o el modelo de financiamiento de la misma, para una salud pública con equidad y eficiencia.

[1] http://www.who.int/es