Avances recientes en telecomunicaciones o gobierno electrónico crean una necesidad cada vez mayor por contar con un termómetro oficial para medir la evolución digital en el país, en especial si consideramos que Perú se ubica actualmente en la posición 7 u 8 en Sudamérica a pesar de ser la 5° economía más grande en la región, que el ecosistema digital ha evolucionado en forma exponencial desde el año 2011 (cuando tuvimos el Plan Nacional de Banda Ancha y la Agenda Digital 2.0) y que lo último que Perú necesita es sumar la brecha digital al resto de brechas económicas y sociales que frenan el progreso del país.

 

¿Por qué medir?

Cada quien desde su orientación política, el Presidente de la República en nuestros 3 países socios en la Alianza del Pacífico incluyen al desarrollo digital en su lista de prioridades.

Más allá del fallido Proyecto Huascarán (Toledo) y del destino aún incierto de la Red Dorsal (Humala), esto no ha ocurrido en Perú en los últimos gobiernos, mientras que en el actual Presidente Vizcarra reconocemos un interés moderado cuya traducción en resultados concretos debemos aún esperar.

El involucramiento de la más alta autoridad política en el país es necesario debido al impacto transversal de los servicios digitales en la vida ciudadana, económica y social, y a que la transformación digital del país y del Estado Peruano exige un cambio estructural en la forma de vida de las personas, empresas y gobierno.

Dicho de otra manera, ¿puede acaso Perú aspirar a reducir las brechas económicas y sociales que conocemos para elevar su competitividad a escala global, sin masificar el uso de servicios digitales?

¿Qué medir?

Una visión consensuada de Perú como una sociedad conformada por ciudadanos que usan masivamente servicios digitales como herramienta de progreso debiera orientarnos para la definición de objetivos nacionales en desarrollo digital.

Dado que partimos desde atrás, ¿qué tal si decidimos pasar del puesto 3 o 4 en Sudamérica empezando del final al puesto 3 o 4 empezando del comienzo, en los próximos 5 años? Con esto nos ubicaríamos en un nivel comparable a Chile o Colombia, únicos países de Sudamérica con actual presencia en la OCDE.

¿Cómo medir?

A nivel técnico, si bien diversos índices de desarrollo digital calculados por diferentes organizaciones globales y regionales (ONU, WEF, UIT, BID) ofrecen una referencia útil para cuantificar el concepto de desarrollo digital, es fundamental incluir métricas que nos permitan trazar el nivel de integración de Perú con el mundo y entre las regiones en el país, entre ellas el consumo per cápita de ancho de banda internacional o subnacional.

A nivel político, es imprescindible lograr la apropiación ciudadana de los servicios digitales (personas, empresas), para lo cual el potencial liderazgo del Presidente de la República o el rol de los actuales comités de la Agenda Digital al Bicentenario (liderado por PCM) o de Educación Digital (MINEDU) debieran ser complementados con programas de alfabetización digital en alianza con gobiernos subnacionales, la academia y organizaciones vinculadas al desarrollo económico y social multi-sectorial.

¿Quién mide?

En Perú estamos acostumbrados a que entidades del Estado vinculados a un mismo tema produzcan cada una estadísticas propias, situación cuya ineficiencia respecto al buen uso de los recursos del Estado se agrava si además las cifras obtenidas por cada entidad no resultan consistentes entre sí.

Por ejemplo, ¿las estadísticas sobre localidades rurales del INEI, FITEL y MIDIS coinciden?

Para evitar esto, INEI o un potencial ente rector digital podrían ser una plataforma para integrar estadísticas de producción propia con aquellas producidas por otras entidades vinculadas al ecosistema digital, cada una según su ámbito de acción específico.

Todas estas tareas no resultan sencillas, pero permitirían ubicar los avances en espectro radioeléctrico 5G (MTC), el certificado de antecedentes penales digital (MININTER), el Kit Digital (PRODUCE) y otros más como parte de una misma hoja de ruta, y por tanto con una gestión más eficiente y efectiva.